¿Te imaginas que ese juego de mesa que hoy tanto disfrutas en tus tardes frikis o reuniones familiares nació como… ¡un espeluznante castigo? Si los dados, fichas y tableros pudieran hablar, seguro nos contarían historias dignas de una serie de Netflix. Y no hablamos de perder una ronda y lavar los platos, sino de auténticos tormentos históricos. Ponte cómodo, que hoy exploraremos los orígenes sombríos de los juegos de mesa que, en el pasado, no fueron tan divertidos como creías. Deja que tu curiosidad te lleve por este tablero de misterios y descubre el lado oscuro de tus hobbies favoritos.
Del penitente al jugador: el inesperado origen de los juegos de mesa
Muchas culturas antiguas utilizaban los juegos no solo para entretenerse, sino como métodos de enseñanza, control social e incluso ¡castigo! Pero, ¿qué juegos se usaban y cómo pasaron de ser un suplicio a una diversión?
1. El ajedrez y el ejército castigado
¿Quién no ha sentido sudor frío cuando la reina está acorralada? Pero lo tuyo es nada comparado con la presión que sufrían algunos soldados persas hace más de mil años. El ajedrez, hoy símbolo de estrategia e intelecto, fue utilizado en ciertas culturas como una prueba impuesta a militares que cometían errores.
Según varios relatos, a los soldados castigados se les obligaba a jugar largas partidas de ajedrez bajo la vigilancia de superiores. Si perdían, no solo afrontaban la vergüenza, sino que muchos debían realizar castigos físicos adicionales, ya que se consideraba que no estaban mentalmente preparados para el combate. ¡Menudo entrenamiento!
¿Quieres saber más sobre el origen del ajedrez? Aquí tienes un blog especializado en historia de los juegos de mesa: elrequintodinero.com.
2. El “Juego de la Oca” y la penitencia medieval
Hoy es el clásico juego de tablero al que incluso tu abuelita puede ganarte, pero la Oca tiene un pasado turbio. Existen teorías (algunas confirmadas, otras no tanto) que aseguran que sus circuitos de trampas y retrocesos se inspiraban en los castigos públicos de los viajeros y peregrinos en la Edad Media.
En ciertos monasterios, cuando los novicios cometían alguna falta, los monjes diseñaban juegos de recorrido inspirados en el “camino del penitente”. Cada casilla suponía una penitencia o reflexión, obligando al infractor a recorrer el tablero sufriendo pequeños castigos (ayunos, rezos extra, tareas de limpieza…). La metáfora era clara: cada caída en la “cárcel” suponía una nueva reflexión sobre el pecado.
Si eres de los que disfruta de las curiosidades monásticas y juegos históricos, échale un ojo a este blog: juegosenlamesa.com.
De castigo a ocio familiar: la sorprendente transformación
3. El Ludo y la disciplina colonial
El Ludo, aquel juego donde todos parecen enfadarse a los diez minutos, tiene raíces en la India, donde era conocido como Pachisi. Lo curioso es que las versiones más tempranas del juego se usaban en el contexto del Imperio Británico como método de control y castigo. Los prisioneros más “problemáticos” debían pasar horas jugando bajo reglas estrictas, como una forma de desmoralización y disciplina. Si se negaban, había sanciones todavía peores, desde reducción de raciones hasta trabajos forzados. Nadie imaginó que aquella tortura acabaría en tardes de risas y piques entre amigos.
4. Go: entre la sabiduría y la reeducación
El milenario juego Go tiene tal complejidad que se usaba en la antigua China no solo como entrenamiento para los cerebros más brillantes, sino también como “reeducación” para quienes desobedecían las estrictas normas de la corte. Si te pasabas de listo con el emperador, podías ser obligado a resolver problemas de Go durante horas, como castigo para “reforzar el pensamiento lógico y la humildad”. La próxima vez que pierdas contra el abuelo, piensa que podrías estar pagando una deuda del pasado.
Castigos “lúdicos” y su lado oscuro
Peores castigos históricos: ¡más allá del tablero!
Si te fascina el tema de los castigos históricos, aquí tienes un complemento perfecto para este artículo. Te presentamos un vídeo que repasa los peores castigos de la historia. Aunque muchos no tienen que ver con juegos de mesa, sabrás por qué, en la antigüedad, perder era algo que siempre dolía… y mucho.
¿Sabías que algunos de los castigos más retorcidos de la historia se aplicaban por juegos o “simulacros” sangrientos? Descúbrelos en este vídeo lleno de datos curiosos, anécdotas históricas y alguna que otra excentricidad digna del medievo. Entre #datosculturales y #curiosidades, podrás imaginar lo que era jugarse algo más que un simple turno.
¿Por qué los juegos de mesa pasaron de castigos a entretenimiento?
Los factores que lo explican son varios. Por un lado, la evolución cultural: con el tiempo, las sociedades fueron abandonando los métodos punitivos en favor de formas más lúdicas de aprendizaje y socialización. Los juegos, al liberar su carga de castigo, se convirtieron en herramientas ideales para reunir familias y amigos frente a un tablero. Además, la psicología moderna reconoce el valor de los juegos para estimular la mente y enseñar valores, sin necesidad de pasar por el sufrimiento de antes.
¿Hay castigos modernos en los juegos de mesa?
Por suerte, los “castigos” modernos suelen ser perder una ronda, avanzar menos o cantar una canción. Los juegos, lejos de torturarnos, nos ayudan a conectar, aprender y, de paso, reírnos de nuestras derrotas más épicas. Así que, la próxima vez que caigas en la casilla de “ir a la cárcel” en el Monopoly, recuerda: siempre pudo ser peor.
¿Te atreves a investigar más?
Ahora que conoces el tenebroso pasado de tus juegos de mesa favoritos, no mires tu caja de parchís igual. El mundo de los juegos es mucho más misterioso y curioso de lo que crees… Si esto te ha dejado con ganas de saber más, explora nuestro blog y descubre más historias insólitas, anécdotas y frikadas sobre tus hobbies favoritos. ¡El tablero de la curiosidad no tiene fin!

