¿Qué pensarías si te dijera que existe un coche tan veloz que mientras acelera, el sonido de su propio motor queda atrás? No se trata de una película de ciencia ficción ni del coche de Flash: el protagonista de esta aventura mecánica desafió las leyes de la física, el sentido común y, sobre todo, cualquier definición conocida de “velocidad”. Hoy viajamos a los extremos del asfalto y el ingenio humano para descubrir la fascinante historia del coche que cruzó la barrera del sonido… literalmente.
Cuando los coches rompieron la barrera (del sentido común y del sonido)
La idea de que un coche pueda ir más rápido que el sonido parecía, durante mucho tiempo, un sueño reservado para aviones supersónicos. Sin embargo, la naturaleza inconformista de algunos ingenieros y pilotos convirtió este sueño descabellado en un plan. Así nació el espíritu de la ingeniería extrema: construir un coche combinado con cohete, capaz de alcanzar los 1.200 km/h.
¿Por qué intentar lo imposible?
La respuesta es sencilla: porque se puede. Y, claro, porque acumular récords de velocidad se ha convertido en una obsesión tan antigua como el propio automóvil. Desde la invención del motor de combustión, la humanidad ha querido saber hasta dónde se podía pisar el acelerador.
Pero romper la barrera del sonido (a unos 1.234 km/h en el aire) era una hazaña reservada para aviones militares y, de pronto, alguien decidió preguntarse: “¿y si…?”
El ThrustSSC: la bestia supersónica sobre ruedas
En 1997, el británico Richard Noble y un equipo de ingenieros y pilotos alocados presentaron al mundo el ThrustSSC (SuperSonic Car), un vehículo con dos motores a reacción Rolls-Royce Spey —sí, igual que los de un caza— capaces de generar más de 100.000 caballos de fuerza.
¿Un coche o un misil con ruedas?
El ThrustSSC no se parece a ningún otro coche sobre la faz de la Tierra. Con una longitud de más de 16 metros y un peso de 10 toneladas, su estructura parece recién sacada de una película de espías. Para resistir las fuerzas del aire a esa velocidad se necesitaron materiales ultrarresistentes y una aerodinámica solo comparable a la de un cohete.
Pilotos con nervios de acero
Andy Green, piloto de la Royal Air Force, fue el valiente (o temerario) que tomó el control del ThrustSSC. Imagina sentarte al volante sabiendo que vas a convertirte en el primer humano en conducir un coche supersónico. La presión, literal y figuradamente, era monumental.
El día histórico: 15 de octubre de 1997
En el desierto de Black Rock, Nevada, el ThrustSSC arrancó como un enorme rugido de motores. A medida que ganaba velocidad, la expectación aumentaba. De repente, una onda expansiva —el famoso boom sónico— retumbó por todo el desierto: el coche acababa de cruzar la barrera del sonido.
La velocidad registrada fue de 1.228 km/h, estableciendo así el récord absurdo y glorioso: por primera vez, un coche iba tan rápido que dejaba atrás su propio estruendo. ¿Te imaginas adelantar al tronar de tu propio motor?
Este hito fue tan impresionante que incluso hoy sigue alimentando debates, documentales y batallas entre fabricantes intentando acercarse a una marca que parece imbatible. Para más curiosidades sobre récords automovilísticos puedes visitar el blog de Jalopnik.
¿Por qué nadie lo ha superado… aún?
Intentar superar el récord del ThrustSSC no es solo un reto de velocidad, sino también una carrera contra el riesgo extremo. Cuando un coche viaja a más de 1.200 km/h, cualquier irregularidad del terreno puede convertirse en una catástrofe instantánea.
Por si fuera poco, los costes y el desarrollo técnico están al alcance de muy pocos. Proyectos como el Bloodhound SSC han revivido la fiebre supersónica, pero todavía están peleando para alcanzar la cima que el ThrustSSC conquistó hace más de 25 años. Si quieres leer más sobre cómo se vive la velocidad de récord, echa un vistazo a Top Gear.
¿Hay futuro para los coches supersónicos?
La pasión por romper límites continúa, aunque el récord oficial del ThrustSSC sigue siendo un desafío para los ingenieros más brillantes (y valientes) del planeta. El futuro podría traer nuevos avances en combustibles, aerodinámica y materiales. ¿Veremos pronto un coche que supere su propio boom sónico? El suspense y la ambición están servidos.
¿Cuál es el auto más rápido del mundo? Video imprescindible
¿Cuál es el auto más rápido del mundo? ¿Este… o este? En 2023, se organizó una carrera drag para acabar con esta discusión. Si te intrigan los récords de velocidad y las comparativas entre superdeportivos, este video es para ti.
Récords absurdos y el límite humano
La hazaña del ThrustSSC no solo puso a prueba lo que la tecnología podía lograr, sino también la determinación humana de romper cualquier barrera (incluso la del sonido). Puede que la mayoría de nosotros no necesite jamás ir más rápido que un avión de pasajeros, pero gracias a estos récords absurdos, el mundo del motor se mantiene eterno, vibrando y, por supuesto, más emocionante que nunca.
¿Lo más curioso? Para el récord de velocidad absoluta sobre ruedas, se necesita menos un volante y más una cabina de piloto, menos gasolina y más queroseno de aviación. Pero sobre todo, se necesita mucha, mucha audacia.
¿Te fascinan los límites y las historias extravagantes del motor? Sigue navegando por nuestro blog para descubrir más récords alucinantes y curiosidades inesperadas del mundo del transporte.

