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La moneda más inútil jamás fabricada

¿Te has preguntado alguna vez cuál es la moneda más inútil de toda la historia? Monedas que se rompen con mirarlas, piezas que valen menos que el metal en el que están acuñadas… o incluso monedas que nadie acepta ni para jugar a la Oca. Prepárate, porque hoy vas a viajar a través del tiempo para conocer historias flipantes donde el dinero literalmente no valía ni el peso en aire…

Un paseo por la historia del dinero absurdo

La historia está plagada de momentos surrealistas protagonizados por monedas que, sinceramente, no servían ni para rellenar una hucha. Desde reinos lejanos hasta grandes imperios, la humanidad parece haber competido, en más de una ocasión, por crear la moneda más anecdótica (y menos útil) de todos los tiempos.

La hiperinfamación de Zimbabue: billetes que valían menos que el papel

Antes de llegar a la moneda más inútil de la historia, merece la pena detenernos en Zimbabue, donde en 2008 los billetes tenían tantos ceros que no cabían en las carteras. Imagina ir a comprar pan y requerir maletas enteras de dinero… Solo para descubrir que el panadero prefiere el trueque. Aunque se trate de billetes (papel moneda), su inutilidad competía codo a codo con las peores monedas físicas.

Papel moneda ruso: un claro ejemplo de ineptitud monetaria

En la Rusia del siglo XVIII, los zares llegaron a fabricar monedas tan grandes y pesadas (como la de cobre de 5 kilos de Catalina la Grande) que apenas se podían transportar. ¿Has intentado alguna vez pagar un café con una pesa soviética? ¡Pues ellos sí!

Pero… ¿cuál es verdaderamente la moneda más inútil jamás acuñada?

Entre todos estos ejemplos, hay una pieza que destaca por lo absurda, inútil y contradictoria: la moneda de una millonésima de chelín alemán, también conocida como los pfenning hiperinflacionarios de la República de Weimar.

Las monedas de la República de Weimar: el dinero que ni el diablo quería

En la Alemania de 1923, la inflación era tan alucinante que el precio de una barra de pan podía duplicarse en cuestión de horas. Para intentar paliar el desastre, el gobierno alemán comenzó a acuñar monedas de denominaciones increíbles… hasta el extremo de fabricar la increíble “una billonésima” de marca. Literalmente, valía menos que un suspiro.

¿Lo más flipante? Estas monedas apenas tenían valor ni siquiera el día que salieron de la ceca. Para cuando llegaban a las manos del pueblo, ya no valían absolutamente nada. Algunos ni siquiera las aceptaban para jugar a las chapas.

¿Por qué seguir fabricando lo inútil?

¿Por qué invertir tiempo, energía y recursos en fabricar monedas que solo servían, como mucho, para calzar una mesa? La respuesta es fascinante: pura desesperación. Un ejemplo que puedes explorar en artículos de Numismática Visual, donde descubrirás que a veces la fe en una moneda va más allá de su valor real.

Cuando la moneda vale menos que el coste de fabricarla

Otro detalle divertido (y triste): en algunos periodos, estas monedas inútiles costaban más fabricarlas que su propio valor facial. Es decir, era literalmente más barato NO hacerlas. ¡Flipante!

Monedas inútiles en otras culturas: ¿quién da menos?

Las piedras Rai de Yap

Vale, las monedas de la República de Weimar son difíciles de superar, pero ¿sabías que en la Micronesia ancestral se usaban enormes piedras con agujero para intercambios comerciales? Algunas piedras Rai medían más de tres metros de diámetro y pesaban toneladas, así que el pago se hacía simplemente diciendo «ahora es tuya». Práctico, no era.

Puedes descubrir más detalles peculiares sobre este tipo de monedas en los artículos de Jot Down, donde la rareza histórica siempre encuentra un hueco.

De monedas inútiles… ¡a monedas de colección!

Lo mejor de todo es que algunas de estas monedas, tan inútiles en su época, ¡hoy valen una pequeña fortuna! Ironías de la historia: lo que hace 100 años no querías ni para lanzar a una fuente, hoy es la joya de los coleccionistas internacionales.

¿Y cómo se sentía la gente en medio de todo esto?

Imagina la escena: tú, tu cartera y un puñado de monedas que cambian de valor más rápido que la moda de los emojis. Nadie confiaba en el dinero, las tiendas aceptaban solo trueque, y los niños fabricaban juguetes con monedas inútiles. Nadie ha explicado mejor el surrealismo de estos tiempos que quienes lo vivieron… aunque, hoy en día, algunos oficios también parecen estar a prueba de sentido común:

¿Te imaginas trabajar en un quirófano o intentar pagar una operación con monedas de esas que no valen nada? Tal vez sea más fácil entrar en un quirófano por primera vez que gastar aquellas monedas inútiles… pero, por si acaso, ¡mejor sigue evitando las monedas de colección para pagar el supermercado!

Moraleja: la utilidad del dinero es una ilusión (muy flipante)

Esta historia demuestra que el dinero —en billetes, monedas inútiles o piedras gigantes— solo tiene valor cuando la gente lo cree. Y que la historia está llena de momentos tan extraños, divertidos y surrealistas que parecen inventados, pero son 100% reales.

¿Te ha flipado esta historia?

Si te has quedado con ganas de más momentos históricos que parecen fake, no olvides explorar el resto de artículos de nuestro blog. ¡La próxima moneda inútil o anécdota bestial está a solo un clic!